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DIARIO REFLEXIVO

psicología de la instrucción

MODULO DE CONTENIDOS 3: ANÁLISIS DEL CLIMA DEL CENTRO, LA EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA E INFORME PISA.

Estamos llegando al final de la asignatura, y poco a poco las cuestiones se complican. Durante este periodo nos hemos acercado al conocimiento de cuestiones el clima del centro, la educación para la ciudadanía y sobre el informe PISA, con el fin de convertirnos en “expertos” sobre dichos contenidos, y mejorar su comprensión pues son cuestiones de reflexión y de debate en la actualidad.

 

La cuestión que nos ocupa es ¿en qué se relacionan dichos temas? ¿Cuáles son sus finalidades comunes?

 

Nos encontramos en un momento (como creo que he repetido en todos mis comentarios) en continuo movimiento social. La sociedad está cambiando, y con ello también la escuela como organismo social. Las exigencias se están modificando, ahora es de suma importancia, que los alumnos sepan muchos contenidos, pero a la vez, que sepan comportarse como ciudadanos y que apliquen todos esos conocimientos en su vida.

 

Y aquí es donde se cruzan los tres caminos, en su objetivo fundamental, crear buenos ciudadanos, que sepan comportarse como tal, y que a la vez apliquen de manera lógica los conocimientos adquiridos, a través de la adquisición de competencias, que le ayudarán a desarrollar su pensamiento para enfrentarse a su vida cotidiana, por lo tanto, se busca una ciudadanía responsable, que se forme desde la escuela como institución.

 

Durante mi experiencia cotidiana he observado que los padres cada vez tienen más responsabilidades con su vida laboral, puesto que el nivel de vida esta muy alto, y exige un esfuerzo mayor por parte de los padres con su profesión, con lo que en la mayoría de los casos, esto supone una reducción de tiempo que se pasan con los hijos. Cada vez se les llevan a más actividades extraescolares, pasan mucho tiempo fuera de casa, con lo que el tiempo de transmisión de valores se reduce en muchos casos a los fines de semana, por lo que, se intenta evitar la imposición de normas, los castigos, el educar y se suele dedicar el tiempo a “disfrutar de los hijos”.

 

Esto supone que el profesor cada vez tiene que asumir con mayor importancia un papel de modelo, de transmisor de normas y valores, la escuela no se puede dedicar únicamente a transmitir conocimientos, puesto que no esta en concordancia con los valores actuales.

 

Al mismo tiempo cada vez se exige más al profesor, se le pide que enseñe una gran variedad de conocimientos conceptuales (mayor número de lo posible) con lo que nos encontramos ante un verdadero dilema para los docentes, además de la difícil situación en el clima escolar, donde el profesor cada vez es más autoritario y a la vez su peso es menor, estamos muy desprestigiados socialmente, y esto influye en la conducta de los alumnos, donde hay considerables faltas de respeto, y numerosos conflictos, y donde la solución más usada es la de la repetición y la expulsión, que lo único que provoca es un aumento de la hostilidad.

 

Aquí, en este punto tan conflicto, creo que es donde surge la educación para la ciudadanía (aunque creo que no es la solución, puesto que los valores se tendrían que enseñar de manera integral en todos los ámbitos que rodean al niño, no en una sola asignatura y dentro de un único contexto). Desde esta asignatura lo que se prentende es en dar estrategias y competencias al alumno para su vida social , donde se incluye dotarle de habilidades para evitar el conflicto y mejorar su relaciones tanto con sus compañeros , con sus alumnos … es decir con su contexto, además de ayudarles a desarrollar la capacidad para llevar a cabo tareas de una gran complejidad, como es la selección de información, la reflexión de lo que nos rodea, desarrollar la propia personalidad a través del conocimiento de uno mismo…

 

Pero esto no es lo único, es importante una atención individual del alumnado, conocerles profundamente, es decir una individualización de la enseñanza, adaptados a todos y para todos, con el fin de que la escuela sea un lugar donde los niños lleguen a ser felices. Si en los cursos inferiores como la educación infantil es posible (los niños llegan contentos al colegio, les gusta participar, disfrutan de la interacción con sus compañeros, y sobre todo, admiran a su profesor, les gusta estar con él) ¿porqué no extenderlo a todo el sistema educativo?

 

Aunque todas estas tareas suponen un gran compromiso por parte del profesor, y una gran dotación de competencias y estrategias, para que sea capaz de respetar las opiniones ajenas, atender a la diversidad, rechazar la discriminación… puesto que realmente el es quien va a decidir cuales son los valores centrales del aula, y aunque la neutralidad total no existe, debe intentar ser lo más objetivo posible y olvidar valoraciones subjetivas, y si van a ser aportadas, es importante que él alumno lo sepa para que pueda decidir ( autonomía y responsabilidad).

 

Creo que una gran ayuda en este proceso en el que está inverso la escuela , es el informe PISA, puesto que realiza una evaluación del rendimiento de los alumnos (contenidos) pero en términos de su aplicación a la vida cotidiana y en la adquisición de competencias, como son la capacidad de discernir, de debatir , de entender, de reflexionar ,a través de un diagnóstico de la situación, y un proceso mediante el cual se aconsejan a los centros, sobre       qué es lo más adecuado para mejorar la situación del centro.

 

Todos estos proyectos que hemos estado comentando, deben estar separados de valoraciones políticas e ideológicas , y se deben fundamentar en ayudar a mejorar la situación , puesto que los alumnos de hoy son los ciudadanos de mañana, y por lo tanto, se les debe preparar para la ciudadanía activa y responsable.

 

 

 

MODULO 1; CULTURA, MENTE Y EDUCACIÓN. Unidad 2,3.4.

 

Desde el principio de los tiempos, la raza humana ha trasmitido una serie de valores culturales y de conocimientos de generación tras generación. Normalmente esta función la realizaban los familiares y el entorno más cercano. Más tarde se creo una institución con el fin de que realizase dicha función, con expertos en la enseñanza, que planifican las situaciones de enseñanza, todo con una intención,  con el principal objetivo del desarrollo y la socialización, a través de la aportación de competencias.

 

Por lo tanto, la escuela no es un sistema independiente y autónomo y mucho menos el aula,  pues está y debe estar relacionado con  otros contextos, con los que debe mantener una interacción constante y que influye en muchos aspectos y actividades que se realizan en el aula, con lo que no queremos decir, que se realicen las mismas actividades en ambos contextos, pero también es importante evitar la oposición entre el conocimiento escolar y el conocimiento cotidiano.

 

En la actualidad la actividad en el aula ha evolucionado mucho, esto es debido ha que se produzco una tomo a de conciencia progresiva de la complejidad del aula como entorno de enseñanza y aprendizaje. Se desarrollaron estudios que analizaban este proceso con el fin de descubrir qué, por qué y cómo aprendían los alumnos.

 

Estas investigaciones han seguido una evolución han pasado de centrarse en la actividad del profesor como producto de lo que sucede en el aula , a poco a poco, darle más importancia al contexto donde se realiza dicha actividad, y a la interacción entre el alumno – profesor a través del análisis del los procesos  y  enfoques psicológicos que rigen la actividad del profesor y el tipo de aprendizaje del alumno.

 

Por lo tanto, nos encontramos con que la educación es un proceso en que existe una implicación conjunta tanto del profesor y del alumno que van co- construyendo unos significados compartidos sobre los contenidos. La responsabilidad ya no recae sobre uno de los miembros, sino que es necesario que se produzca un proceso de andamiaje conjunto, en el que se vayan construyendo de manera progresiva unos conocimientos.

 

Pero este proceso no es sencillo, ni lineal, tiene sus altibajos, sus más y sus menos, por lo tanto, se deben de tener en cuenta todos instrumentos para que sea posible.

 

Un instrumento fundamental para que se dé la interacción entre el profesor y el alumno en el proceso de co- construcción de conocimientos es el lenguaje.

 

El lenguaje es un instrumento tanto cultural puesto que nos ayuda a comunicarnos, a contrastar ideas , a negociar creencias … como un instrumento psicológico que nos ayuda a pensar y `por lo tanto ha aprender, y por lo tanto debe ser considerado un contenido dentro del contexto escolar y que puede condicionar las oportunidades de aprendizaje de los alumnos.

 

En el aula se realizan numerosas actividades en donde es imprescindible siempre el lenguaje, donde su utilización está marcada en muchas ocasiones por reglas implícitas, de las no siempre se es consciente, y que no siempre se utilizan. Normalmente el profesor explica la actividad, se realiza una respuesta por parte del alumno y  a la que le sigue una retroalimentación por parte del profesor. Este es el proceso normal, aunque en muchas aulas, se suele suprimir la tercera parte e incluso la segunda (el alumno como factor pasivo, que sólo escucha la explicación del profesor, modelo muy extendido, sobre todo en educación secundaria y bachillerato e incluso en la educación superior).

 

Como hemos dicho anteriormente, la educación en la actualidad se basa principalmente en la interacción entre el profesor y el alumno, aunque poco a poco se está evolucionando en el desarrollo de teorías constructivistas en las que se fomenta la interacción entre los alumnos a través de un aprendizaje cooperativo en el aula, en el que los alumnos colaboran entre si para la adquisición de conocimientos, y donde el profesor adquiere un papel de guía del proceso. Este tipo de aprendizaje escolar elimina la competitividad en el aula, puesto que los participantes están estrechamente vinculados entre si , puesto que sólo se consiguen los objetivos si los compañeros alcanzan los suyos , por lo que ayuda a mejorar la relación entre los alumnos , a que estén más motivados , a que colaboren entre ellos , además de la adquisición de conocimientos de tipo conceptual.

 

Pero para que se dé este tipo de estrategias en clase, el profesor debe de tener en cuenta numerosos factores. En primer lugar, es fundamental que el profesor tenga en cuenta las ideas o representaciones previas que tiene el alumno sobre un contenido, puesto que el profesor debe de realizar un proceso muy lento en el cual, se vaya realizando una asimetría entre el conocimiento previo del alumno y el suyo. Es fundamental que se produzca de manera escalonada, que el profesor se ponga en el lugar de sus alumnos, puesto que se puede perder la conexión y por lo tanto, la interacción entre los alumnos  con el profesor y entre ellos, y por lo tanto, alumnos inadaptados.

 

Además, es fundamental que se fomente en el aula un lenguaje explorativo, en el que el alumno sepa exponer de manera clara sus propias ideas y a la vez, saber escuchar a los demás y ser crítico constructivo.

 

Que sea capaz de aportar las ayudas necesarias, ni más, ni menos solamente la ayuda que el alumno solicite en el momento de pedirla.

 

Además, debe tener en cuenta las diferencias de los miembros de cada grupo, tanto su rendimiento académico, sus características socioeconómicas, su género… puesto que puede tener gran influencia en el rendimiento y en la interacción del grupo.

 

Y sobre todo, debe realizar una valoración constante de los resultados, una evaluación continúa tanto de su actividad  como de la actividad de cada agrupamiento, con el fin de poder aplicar todas las modificaciones que sean necesarias.

 

Como podemos observar, todas estas estrategias educativas necesitan tanto una gran motivación de todas sus partes, como de un gran esfuerzo y tiempo de preparación y evaluación, de ahí que sea tan difícil favorecer su realización en las aulas. El profesor además, es contrario a ceder la “responsabilidad” de la actividad educativa al alumnado, dar esa independencia y autonomía a los alumnos para que construyan colaborativamente sus propios conocimientos. Esto debe ser posible, como decíamos en el texto anterior, a que gran parte de los profesores están estancados en teorías tradicionales, donde el alumno sigue siendo una parte pasiva en su propio aprendizaje. No se conectan sus conocimientos con las materias, no se tienen en cuenta sus necesidades, por lo que seguimos teniendo todos esos problemas de fracaso escolar, con un gran individualismo y competitividad en las aulas. Los alumnos no dialogan, no analizan, no critican y no construyen, actividades tan necesarias para moverse en esta sociedad cada vez más exigente. Como dijimos anteriormente, se necesita que se den a conocer los nuevos enfoques, con nuevas estrategias de aprendizaje, que no son la llave para solucionar todos los problemas, pero posiblemente se ajustan más idóneamente a las necesidades de la sociedad de la información y la autonomía.

UNIDAD 1: LA EDUCACIÓN, FENÓMENO HUMANO.

 

Como hemos dicho en el título del tema, la educación es principalmente un fenómeno humano, en que se intenta transmitir a los jóvenes una serie de conocimientos adquiridos a lo largo de generaciones puesto que para vivir en  sociedad es necesario que el nuevo miembro conozca la realidad que le rodea, y para ello, los adultos han desarrollado una capacidad para enseñar a los demás.

 

Esta transmisión de conocimientos se ha repetido a lo largo de la historia, y sobre todo a través de un organismo fundamental para este propósito como es la escuela.

 

La escuela, como toda entidad en esta sociedad, se encuentra en un periodo de cambio y transformación, donde los antiguos métodos tradicionales se encuentran obsoletos ante una sociedad en la que se están desarrollando nuevas formas de relacionarse con el conocimiento. El cambio de soportes exige cambios de mentalidad con nuevas destrezas, y por lo tanto se necesita una reestructuración de lo que ya se tiene.

 

Pero ¿con qué nos encontramos realmente en las aulas? Pues nos encontramos que en la mayoría de las aulas, el aprendizaje se sigue basando en la reproducción y en la copia, donde el alumno es un agente pasivo en la clase, donde no se le permite participar en la toma de decisiones, donde no hay un espacio para la coordinación entre el aprendizaje espontáneo, experimental, se les trasmite hechos muy fijos y definitivos, y sobre todo no se tiene en cuenta sus necesidades, La educación está más orientada hacia la acumulación de saberes, pero se olvida el requisito fundamental que es la de orientar y preparar a los alumnos para la vida en sociedad.

 

Estos métodos tradicionales ya no son útiles para los nuevos problemas culturales, y para ello es necesario que se produzca un cambio conceptual que provoque un cambio de percepciones sobre la función de la escuela. Pero, ¿realmente se está produciendo este cambio conceptual? ¿Por qué nos encontramos tanta resistencia ante el cambio?

Posiblemente este problema está producido por un cierto ambiente de incertidumbre, lo que produce un cierto miedo ante el cambio. La mayoría de los profesores estamos impregnados de una serie de creencias que hemos ido adquiriendo a lo largo de nuestra experiencia estudiantil, que hemos ido aceptando y asumiendo, de manera que las reproducimos en nuestra actividad, puesto que es el modelo que hemos vivido. Todas éstas creencias las empleamos, muchas veces de manera inconsciente, pero ya forman parte de nuestro currículo implícito, que se suele desarrollar en más ocasiones que el currículo explícito.

Todas estas teorías implícitas son muy difíciles de cambiar, puesto que están muy asumidas, y son socialmente aceptadas, lo que provoca que el cambio conceptual sea muy dificultoso de desarrollar.

 

Además, se están desarrollando nuevas formas de enseñar y aprender, que son contrarias a estas teorías, por lo que suponen una ruptura total. De hay que el campo teórico avance más rápido que su aplicación en el aula.

 

Estas nuevas formas, exigen además, la elaboración de nuevas capacidades, y de nuevas estrategias que se adapten a la nueva sociedad en la que estamos inversos. Para poder enseñar es necesario que sepamos que es lo que sabemos, pero lo que aún es más importante, debemos ser capaz de ponernos en el lugar de otro, saber en que estado mental se encuentra el que aprende, con el fin de poder atender a sus necesidades y adaptarnos a ellas. Además debemos de ser conscientes de propios procesos de aprendizajes, puesto que no todos aprendemos de igual manera, ni todos tenemos los mismos conocimientos sobre el mismo tema. De esta manera, podremos ir construyendo, de manera paulatina e intencional, los conocimientos, y lo que es más importante, los propios alumnos irán elaborando su propios conocimientos.

 

Esta es otra de las nuevas capacidades necesarias para la nueva sociedad, que consiste en un efecto engranaje, donde el alumno se convierte en un agente activo en la construcción de su propio conocimiento, con la capacidad aprender de manera más autónoma, y donde el profesor tenga la función de guiar el proceso, y de enseñar al alumno a selección y a ser crítico de lo que observan. El alumno aprende a tomar decisiones, a resolver problemas, a cooperar,… y por lo tanto a vivir en sociedad, puesto que el aula se convierte en un espacio de experimentación donde no se sustituyen las ideas previas de los alumnos, sino que se reestructuran y por lo tanto, se produce un proceso de interiorización de saberes.

 

Pero, como hemos dicho anteriormente, nos encontramos ante una resistencia al cambio, y una inadaptación por parte de la escuela ante las nuevas exigencias, por lo que se siguen reproduciendo las mismas teorías y creencias implícitas. Se necesita para producir esta ruptura un duro proceso de concienciación, que debe empezar desde la educación inicial y extenderse en la educación permanente del profesorado ,y todo esto  requiere de un gran esfuerzo por parte de todos, y una perdida del miedo ante la innovación y el cambio, puesto que toda mejora al principio es dificultosa , pero nos puede ayudar a educar a nuevos ciudadanos, mejor preparados ante las nuevas exigencias de la nueva sociedad de la información , más críticos y  selectivos, donde se tengan en cuenta sus necesidades y dificultades y donde la escuela realmente sea un vehículo hacia el conocimiento.